Después de una larga pausa —y tras cuestionar incluso el nombre— decidí retomar este proyecto. Pero no como antes. Hoy vuelve con otra energía, otra dirección, y un propósito más claro: romper con lo que se espera de nosotros después de los 45.
Este espacio se abre para quienes están cerca de cumplir 45… o ya los pasaron hace rato. Porque sí, a los 50 todo cambia, pero la sacudida empieza antes. A los 45 ya lo sentimos: el cuerpo avisa, los vínculos se transforman, y la mirada hacia el futuro empieza a incomodar.
Durante este último año, me tomé el tiempo para cuestionarlo todo: los nombres, los formatos, incluso la idea de “cómo deberían ser las cosas” a esta edad. Y la verdad, ya no quiero fórmulas vacías. Quiero verdad. Quiero cercanía. Quiero crear algo con sentido.
Y aunque sobran las opciones para “conectar” digitalmente, yo quiero otra cosa: quiero encuentros reales. Conversaciones sin filtros. Gente cara a cara que esté viviendo lo mismo, sin necesidad de disfrazarlo.
Ya pasé los 45. Y lo que veo es una generación potente, pero sin espacios para encontrarse. Nos empujan a resignarnos, a callarnos, a seguir como si nada. Pero muchos —a los 45, a los 54 o a los 60— estamos atravesando terremotos: separaciones, el nido vacío, pérdidas, reinicios forzados o voluntarios.
Y con todo eso a cuestas, nos seguimos preguntando: ¿y ahora qué?
Por eso creé 45 y más.
Porque ya no tenemos que encajar.
Porque no estamos solos.
Y porque todavía queda mucho por vivir —a nuestra manera.
Franck Esquivel
Editorial